El Humanismo Liberal

      El Humanismo Liberal es un pensamiento basado en el hombre. Aspira la protección de la vida como principio básico de la existencia y de su libertad como máxima aspiración humana. Como tal, el humanismo liberal es por ende una propuesta cultural de carácter sociopolítico cuyo postulado filosófico es ofrecer constantemente alternativas efectivas para hacer más consciente, tolerante, responsable y creativo al ser humano.

Es de carácter plural y heterogéneo. Su única arma es la idea. Sus valores sublimes: la libertad, la tolerancia, la responsabilidad, que se incremental con la cultura, las artes y la Ilustración.

Si como expresa el filósofo norteamericano Ronald Hubbard, “una sociedad es tan grande como son sus sueños y sus sueños son soñados por artistas”, el Humanismo Liberal aspira formar individuos que actúen como artistas sociales y políticos de su sociedad, capaces se soñar una Civilización fortalecida por la prosperidad, el bienestar y la felicidad.

El Humanista Liberal defenderá a viva voz la integración mundial y la convivencia consciente y solidaria entre los pueblos. Abominará y repudiará a todo aquel que fomente la persecución política, social, racial o religiosa. Sólo la ley, entendida como la bella poesía escrita por los pueblos en conjunto, será aplicada para desarticular y erradicar de nuestra sociedad la guerra.

El Humanismo Liberal aspira fortalecer al hombre a través de la ilustración, la cultura, el arte y la educación, rescatando su conciencia y su crítica. El argumento razonado y el sentido común deben ganar espacio frente al dogma y el adoctrinamiento.

La civilización que anhela un humanista liberal está compuesta por ciudadanos libres, civilizados y críticos, capaces de reinventarse continuamente y de soñar un mundo lleno de bondades e igualdades de oportunidad y de derechos para todos y cada uno de sus habitantes.

El humanista liberal asumirá el reto histórico de la reinvención cultural permanente. La evolución humanista será gradual y equilibrada, proyectada hacia un curso conocido que integre a las naciones en el reconocimiento y protección de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, esto es, del ser humano.

El Humanismo Liberal reivindica el virtuosismo y la razón. También la libertad y la fraternidad. Asocia al hombre en la búsqueda acordada del bien común y tiende la mano solidaria para apoyar al “otro” en la consecución de sus ideales y metas.

La civilización vive una hora urgente, llega el momento de participar activamente en el rescate de la coherencia humanista y libertaria. Llega el momento en el que la fuerza se use para exaltarnos y no para aniquilarnos.

Llega el momento del humanismo liberal.

Nuestro momento...

 

Filosofía

      EL HUMANISMO LIBERAL es una propuesta sociopolítica cuyo ideal es proteger la vida y la libertad del hombre, creando permanentemente conciencia en el individuo a través de la ilustración de valores y Derechos Humanos, con el fin de integrar a cada ciudadano al proceso de invención permanente de la sociedad y de la cultura en la que se desenvuelve y vive. Su espíritu es concertador e integracionista, aspira al bien común, a la prosperidad, a un alto grado de conciencia y solidaridad ciudadana y, sobre todo, al fortalecimiento de valores como la dignidad, la ética, la libertad, la tolerancia, la responsabilidad, la cultura, la democracia, la república y el progreso.

 

Principios filosóficos

  • El ser humano es la piedra fundamental de la civilización.
  • La vida es el principio básico de la existencia y el fundamento de cualquier actividad humana.
  • Sobrevivir es el denominador común de cada hombre y mujer en el planeta, de cada sociedad, pueblo, cultura, nación o civilización.
  • Resguardar la vida es el primer impulso humanista.
  • Vivir en libertad es el ideal que nos designa.
  • La libertad es la posibilidad de escoger y alcanzar lo que anhelamos y soñamos Ser, Hacer y Tener.
  • Para aspirar a ser libres debemos ser guiados por la conciencia y razón.
  • Sólo una persona consciente puede determinar lo que desea Ser, Hacer y Tener sin que se lo impongan otros.
  • La  razón es una responsabilidad cívica.
  • La responsabilidad cívica representa una condición que implica conciencia, ilustración y madurez espiritual.
  • La conciencia nos permite percibir, tolerar y comprender al "otro".
  • La ilustración debe estimular una conciencia crítica, de modo que seamos capaces de entender las intenciones y motivos del “otro”.
  • La madurez espiritual implica la valentía de querer ser libres, en cuanto seres dispuestos a superar las barreras que aparezcan en el alcance de nuestro ideal.
  • El individuo irresponsable y cobarde no puede y no quiere ser libre puesto que prefiere que decidan por él.
  • El individuo responsable y valiente es capaz de permitir que el “otro” también sea libre para luchar por su ideal dentro de un marco de acuerdos y mutuas conveniencias: esto es civilización.
  • Un individuo predispuesto a la libertad se acoge de inmediato a la ética, a la moral y la justicia para la bondadosa consecución de sus fines y al progreso para impulsar y fortalecer las condiciones espirituales y materiales que le permitan una supervivencia digna. Todo esto a través de la razón.
  • La supervivencia es el principio activo de la existencia y la razón nos permite diferenciar lo que es bueno o malo para la civilización.
  • La razón nos asegura, intrínsicamente, la creación de medios que nos permitan una supervivencia donde sea posible alcanzar nuestros ideales, sueños y metas.
  • El hombre racional brindará al “otro” seguridad, apoyo y respeto en la consecución de sus ideales, sueños y metas. He ahí el ánimo del humanismo liberal.
  • El instrumento ineludible para tal fin, sea de carácter práctico o sea ideológico, podemos encontrarlo en el equilibrio.
  • El equilibrio representa la superación de los extremos radicales que deben ser domados para conducirnos hacia la integración.
  • El símbolo matemático del equilibrio es el triángulo equilátero. El triángulo equilátero humanista tien tres valores fundametnnales como aristas: la Libertad, la Tolerancia y la Responsabilidad. En ese sentido un triángulo humanista puede ser tan dimintuo y sólido como una bala (que limita o ciega la vida y la libertad del otro) o tan amplio y perenne como el infinito (que expande la vida y la libertad del otro).
  • El equilibrio de la civilización se alcanzó (en papel) en 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todo hombre es acreedor de tales derechos.
  • El hombre decente y honesto también es acreedor de Derechos Humanos, no sólo los criminales. Se escribe lo anterior porque las sociedades tienden a olvidarlo.
  • El principio fundador de cualquier civilización que aspira al equilibro humanista lo representa la ilustración masiva de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cada hombre sobre la faz de la Tierra debe conocer los 30 preceptos de la Declaración y tener métodos claros para hacerlos efectivos.
  • El triángulo equilátero humanista se expandirá o se reducirá en una civilización en la medida que se ilustre en cuanto a los Derechos Humanos del hombre. A mayor ilustración, mayor humanismo; a menor ilustración, menor humanismo.
  • Conocer los Derechos Humanos es el primer deber del Hombre “Humano y Libre”. Crear métodos para su aplicación y resguardo, el segundo.
  • Sólo el reconocimiento de los Derechos Humanos entre individuos responsables, solidarios, valientes, conscientes, críticos y racionales nos permitirá la consecución de la civilización anhelada: libre, tolerante, responsable, espiritual, consciente, creativa y próspera, que aspira sin prejuicios a la felicidad, esto es, a una civilización humanista
  • La integración de Derechos Humanos a virtudes y valores culturales, como práctica de vida, se llama humanismo.
  • El humanismo es liberal en tanto nos hace seres humanos y libres, tolerantes y responsables y permite que el “otro” también lo sea.
  • El humanismo liberal fija su atención en el hombre, piedra fundamental de la civilización, resguardando sus Derechos Humanos.
  • La meta del humanismo liberal es lograr una civilización humana y libre, donde cada quien tenga la oportunidad y la segurdiad de poder alcanzar sus sueños y metas.

 

¿Qué aspira?

El Humanismo Liberal aspira a la integración de los valores humanos de todas las naciones del planeta a través de la promoción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Quien se integra dialoga con el prójimo, procura acuerdos y negocia, se sacrifica y cede; quien se integra anhela el bien común y la cohabitación para el crecimiento material y espiritual de las mayorías; quien se integra es capaz de ser humilde y, por encima de cualquier cosa, tolerante; quien se integra reconoce que la medida de su libertad es proporcional a la libertad del otro.

El Humanismo Liberal aspira a través de la ilustración de los valores humanos alcanzar la libertad, la responsabilidad y la tolerancia entre los hombres.

 

¿Qué sueña un humanista liberal?

El Humanismo Liberal sueña con una sociedad que sobrevive y que lo hace en libertad, forjada por valores democráticos y demandante de república, una sociedad integrada por individuos capaces de ser plurales (en lo racial, social, cultural y religioso), tolerantes y comprensivos con su semejante. Un sociedad donde cada individuo, de acuerdo a sus habilidades y esfuerzos, de manera honesta y digna pueda: producir; prosperar; tener la libertad de escalar tan alto como su ambición, preparación y aptitud lo permita; y aspirar a su propia felicidad y bienestar, siempre y cuando esta aspiración no lesione los derechos y libertades de otros, se ajuste al marco legal del país, y, sobre todo, que permanezcan fieles al espíritu de principios contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

 

¿Qué se pretende con el Humanismo Liberal?

El Humanismo Liberal pretende una cultura emancipada de prejuicios y de supersticiones, donde la razón y el sentido común prevalezcan.

 

¿Qué lo motiva?

Al HUMANISMO LIBERAL lo motiva ilustrar en los Derechos Humanos a la mayor cantidad de individuos del planeta, especialmente a sus generaciones de relevo, para fortalecer su espíritu humanista y crítico. Así cada quien será capaz de ofrecer ideas concretas y funcionales para generar soluciones responsables y de ese modo fomentar desde su ámbito el desarrollo de la civilización.

Es un objetivo vital el canalizar ideas concretas, no utopías, con el fin de formar una consciencia crítica que ayude a todos los habitantes del planeta, en integración cívica, a tomar decisiones que beneficien a la mayoría sin prejuicios, tabúes o superstición. La historia nos ha demostrado que ninguna solución “dogmática” que pretendió remediar nuestras graves afecciones humanas cumplió con las altas expectativas que generaron en su momento. Esto nos indica que cualquier fórmula que persiga el bienestar humano, por más bondadosa y formidable que sea en la teoría, debe aplicarse efectivamente, probarse en la realidad y si no funciona para generar mayor bienestar general hay que desecharla. El humanista liberal logrará que, a través de un trabajo conjunto, organizado y serio, se lleven a cabo investigaciones, acciones, análisis y diálogos, con el objeto de proponer ideas, desarrollar métodos y aportar soluciones particulares que sirvan para desarrollar nuestro futuro en forma integrada.

Ayudar al prójimo a alcanzar sus sueños y metas es el motivo último del Humanismo Liberal. Un verdadero adelanto civilizador y una innovación como corriente de pensamiento.

La reinvención cultural a través de las artes y de la ciencia es constante en el postulado humanista. Sólo así el Humanismo Liberal no perderá vigencia.

La suma de individuos conforma lo que se conoce como pueblo. La educación del individuo procurará un pueblo educado. La educación será así un objetivo fundamental. Por lo tanto, el humanista liberal concentrará su esfuerzo en la formación e ilustración de los pueblos para que cada individuo sea capaz, por sí mismo, de solucionar sus problemas y desarrollarse óptimamente en cualquier actividad que desempeñe. El Humanismo Liberal cree en el pueblo como una conformación de individuos. Por lo tanto, el humanista liberal entiende que es indispensable enaltecer el talento, el esfuerzo y la voluntad en nosotros mismos para desenvolvernos y progresar como sociedad y cultura.

El Humanismo Liberal postula una transformación equilibrada, proyectada hacia un curso conocido, inteligente y gradual; en ese sentido, valora la evolución, no la revolución. Por lo tanto, el crecimiento espiritual en el Humanismo Liberal se entiende como una actividad diaria, realizada por cada individuo en su propio escenario o esfera, con líderes sinceros, con empresarios emprendedores, con artistas innovadores, con trabajadores competitivos y honestos, y sobre todo con madres y padres que educan a sus hijos para el trabajo y la perseverancia, promoviendo día a día a la familia como base fundamental de la sociedad.

El Humanista Liberal promueve el orgullo humano, la solidaridad social y la libertad del hombre como aspiración suprema. Cree en la producción laboral y en la colaboración de todos para lograr un nivel de vida económicamente adecuado, políticamente libre, jurídicamente justo y culturalmente independiente.

Los principios morales son los garantes del respeto y la supervivencia humana. Son la base de la estabilidad personal, que, a su vez, es el origen de la estabilidad social. Estabilidad social y personal deben funcionar parejas en una sociedad humanista liberal. La moral social debe adaptarse a las necesidades de las nuevas generaciones y son éstas las que establecerán su vigencia o necesidad de reinvención.     El Humanismo Liberal respeta las ideas y creencias de todos. Confía en la libertad y considera a la razón como la mejor guía de nuestros actos. La libertad de razonar y la oportunidad de expresar esos razonamientos conducirán al mayor acercamiento a la verdad. El Humanismo Liberal dibuja un camino que enaltece al hombre en la consecución de sus metas.

El motivo del Humanismo Liberal es el hombre, su elevación espiritual y su libertad plena.

Ese motivo permitirá la integración humilde, tolerante, respetuosa y comprensiva de las razas y de los pueblos.

 

Principios filosóficos

  • El ser humano es la piedra angular de la civilización. Sin seres humanos, no hay vida, ni cultura, ni amor, ni trabajo, ni religión, ni nada; no hay vida.
  • La supervivencia (la vida) del ser humano es el principio básico de la existencia y el fundamento de cualquier actividad humana.
  • Sobrevivir es el denominador común de cada hombre y mujer en el planeta, de cada sociedad, cultura, nación, país o civilización. Sobrevivir en libertad es la máxima aspiración de la raza humana: humano y libre.
  • Resguardar la vida es el primer impulso humanista.
  • Vivir en libertad es el ideal que nos designa.
  • Para aspirar a ser libres debemos ser guiados por la razón.
  • La  razón es una responsabilidad humanista.
  • La responsabilidad humanista representa una condición que implica conciencia, ilustración y madurez espiritual.
  • La conciencia nos permite percibir, tolerar y comprender al "otro".
  • La ilustración debe estimular una conciencia crítica, de modo que seamos capaces de entender las intenciones y motivos del “otro”.
  • La madurez espiritual implica la valentía de querer ser libres, en cuanto seres dispuestos a superar las barreras que aparezcan en el alcance de nuestro ideal.
  • El individuo irresponsable y cobarde no puede y no quiere ser libre puesto que prefiere que decidan por él.
  • El individuo responsable y valiente es capaz de permitir que el “otro” también sea libre para luchar por su ideal dentro de un marco de acuerdos y mutuas conveniencias: esto es civilización.
  • Un individuo predispuesto a la libertad se acoge de inmediato a la ética, a la moral y la justicia para la bondadosa consecución de sus fines. Todo esto a través de la razón, la cual nos permite diferenciar lo que es bueno y lo que es malo para la supervivencia del individuo, de la sociedad, de la civilización: de la humanidad.
  • La razón nos asegura, intrínsicamente, la creación de medios que nos permitan una supervivencia donde sea posible alcanzar nuestros ideales, sueños y metas.
  • El hombre racional brindará al “otro” seguridad, apoyo y respeto en la consecución de sus ideales, sueños y metas. He ahí el ánimo del humanismo liberal.
  • El instrumento ineludible para tal fin, sea de carácter práctico o sea ideológico, podemos encontrarlo en el equilibrio.
  • El equilibrio representa la superación de los extremos radicales que deben ser domados para conducirnos hacia la integración.
  • El símbolo matemático del equilibrio es el triángulo equilátero. El triángulo equilátero humanista tiene tres valores fundamentales como aristas: la libertad, la tolerancia y la responsabilidad. En ese sentido un triángulo humanista puede ser tan diminuto y sólido como una bala (que limita o ciega la vida y la libertad del otro) o tan amplio y perenne como el infinito (que expande la vida y la libertad del otro).
  • El equilibrio de la civilización se alcanzó (en papel) en 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todo hombre es acreedor de tales derechos.
  • El hombre decente y honesto también es acreedor de Derechos Humanos, no sólo los criminales. Se escribe lo anterior porque las sociedades tienden a desdeñarlo.
  • El principio fundador de cualquier civilización que aspira al equilibro humanista lo representa la ilustración masiva de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cada hombre sobre la faz de la Tierra debe conocer los 30 preceptos de la Declaración y tener métodos claros para hacerlos efectivos.
  • El triángulo equilátero humanista se expandirá o se reducirá en una civilización en la medida que se ilustre en cuanto a los Derechos Humanos del hombre. A mayor ilustración, mayor humanismo; a menor ilustración, menor humanismo.
  • Conocer los Derechos Humanos es el primer deber del Hombre “humano y libre”; crear métodos para su aplicación y resguardo, el segundo.
  • Sólo el reconocimiento de los Derechos Humanos entre individuos responsables, tolerantes, valientes, críticos y racionales nos permitirá la consecución de la civilización anhelada: libre, tolerante, responsable, espiritual, consciente, creativa y próspera, que aspira sin prejuicios a la felicidad, esto es, a una civilización humanista
  • La integración universal de los Derechos Humanos a virtudes y valores culturales o nacionales, como práctica de vida, es el enfoque del humanismo.
  • El humanismo es liberal en tanto nos hace seres humanos y libres, tolerantes y responsables y permite que el “otro” también lo sea.
  • El humanismo liberal fija su atención en el hombre, piedra angular de la civilización, resguardando sus Derechos Humanos.
  • La meta del humanismo liberal es lograr una civilización en paz y libre, donde cada quien tenga la oportunidad y la seguridad de poder alcanzar sus sueños y metas.

 

 Credo del Humanista Liberal

Nosotros los integrantes del Humanismo Liberal creemos:

  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables a sus propias vidas.
  • Que todos lo hombres de cualquier raza, color o credo, fueron creados con los mismos derechos.
  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables a sus propias prácticas religiosas y a su realización espiritual.
  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables a su propia defensa.
  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables como individuos y, además, el derecho inalienable a integrarse en procura del bienestar común.
  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables a pensar libremente, hablar libremente, escribir libremente sus propias opiniones, pronunciarse o escribir sobre las opiniones de otros, así como a escoger libremente su propio destino.
  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables a la seguridad de sus vidas.
  • Que todos los hombres tienen pleno derecho a la propiedad privada en cuanto a sus bienes materiales e inmateriales.
  • Que todos los hombres tienen derechos inalienables a saber, y creemos además que la sabiduría no es monopolio de nadie, ésta pertenece a aquellos que pueden usarla para ayudarse a sí mismos y a los demás.

 

Y nosotros los de en el Humanismo Liberal creemos:

  • Que el hombre es básicamente bueno.
  • Que está intentando sobrevivir individual, familiar, social y nacionalmente.
  • Que su supervivencia depende de sí mismo y de su integración honesta con sus semejantes a través de acuerdos y coincidencias que favorezcan a su vez su supervivencia como grupo.

Y nosotros, los de El Humanismo Liberal, creemos que las leyes deberían prohibir al hombre:

  • Destruir a su propia especie.
  • Destruir la cordura del otro.
  • Destruir o esclavizar al otro.
  • Destruir o reducir la supervivencia de sus compañeros o de su grupo.

Y nosotros como humanistas liberales creemos que Venezuela puede ser mejor y que sólo integrando a los diferentes individuos que aspiran a valores y principios comunes como la libertad, la solidaridad, la dignidad, la tolerancia, la justicia, la seguridad, la cultura y la prosperidad podremos lograrlo.

 

Compromiso

  1. Ajustarme sin limitaciones ni condiciones a todos los preceptos contenidos en la carta de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
  2. Adherirme a la democracia republicana como forma de gobierno.
  3. Adherirme  la economía de libre mercado como mecanismo de proyección económica.
  4. Favorecer la integración de los puelbos del mundo para alcanzar un ambiente que auspicie la libertad, la cultura, la seguridad y el progreso.
  5. Condenar y hacer todo lo que pueda para abolir todos y cada uno de los abusos contra la vida y la humanidad.
  6. Ayudar a abolir todas y cada una de las prácticas que tiendan a segregar y fomentar el odio entre los diferentes individuos que conforman la sociedad.
  7. Producir una atmósfera de protección en los campos de la libertad, la seguridad, la cultura y el progreso, mediante el repudio a sus atropellos y violaciones.
  8. Apoyar los esfuerzos verdaderamente humanitarios en el campo de los derechos humanos.
  9. Proponer una sociedad libre de prejuicios y supersticiones, una sociedad racional en el sentido amplio de la palabra: que argumente, dialogue, ofrezca alternativas sensatas y en la que prevalezca el espíritu crítico de sus individuos.
  10. Asegurar una sociedad creativa y productiva, donde cada individuo está consciente de que su destino estará signado por sus propios actos, esfuerzos y capacidades
  11. Adoptar la política que defienda y propicie la igualdad de oportunidades y ante la ley para cada ser humano.
  12. Trabajar a favor de la libertad de expresión.
  13. Condenar activamente la manipulación o supresión de conocimientos históricos que promuevan la discriminación racial, social, étnica o espiritual.
  14. Censurar y erradicar cualquier movimiento que sesgue, condicione, impida o deteriore de manera discriminatoria y arbitraria el desarrollo integral y la supervivencia del ser humano.
  15. Respetar la libertad religiosa.
  16. Ayudar a El Humanismo Liberal a aliarse con otros grupos que persigan fines comunes a los nuestros.
  17. Enseñar de manera decidida nuestros preceptos, mantener en vigencia nuestra Misión, asegurar nuestra Visión y ser fiel a nuestra Declaración de Principios Filosóficos.
  18. Impulsar la participación responsable del ciudadano para la toma de decisiones políticas, así como el libre desenvolvimiento de los partidos políticos y el respeto de las minorías como factor cardinal de expresión de espíritu democrático.
  19. Ser responsable por el impacto que El Humanismo Liberal pueda causar en la civilización.
  20. Incrementar la fortaleza, la calidad y la cantidad de humanistas liberales en el Mundo.
  21. Dar ejemplo y ser ciudadanos dignos de confianza.
  22. Hacer, a través de cada una de mis actividades, de la Tierra un territorio más libre, culto, seguro y próspero. Cuidar decididamente el planeta, su medio ambiente, su clima y sus especies.
  23. Trabajar por la integración de los pueblos para, a través de ella, velar y garantizar a cada individuo la posibilidad de poder elevarse tan alto como sean sus aspiraciones y sueños.
  24. Ser honesto con el compromiso de nuestro Humanismo Liberal.